1 oct 2015

La labor del docente de las Escuelas Qhapaq Ñan

Escrito por: Alexander Buesaquillo
Pasante Universidad de Nariño 2015

En el recorrido para llegar al conocimiento nos encontramos, en que no hay mejor base para este que la experiencia, vivencia que es suscitada por el deseo de aprender o por la voluntad de atravesar el obstáculo que  estorba la continuación hacia  el abismo mágico de la creatividad y a la férrea paradoja de la crítica frente a lo real. Es la experiencia; la comprensión de un espacio, un tiempo y las emociones que estos en su interacción despiertan en quien está situado en ellos, desde ahí toda criatura puede entender lo que a su alrededor ha sucedido y puede llegar a suceder, obteniendo para sí la facultad de guiar o de enseñar para quien en él, miren una guía o un maestro.

Desde lo anterior, la labor del docente de escuelas Qhapaq Ñan, se ve rezagada en una actividad de recolección de información y de un proceso investigativo arduo pero no muy práctico, debido a que no hay una  apropiación de los conocimientos dentro de los espacios protagonistas, sino por fuera, entre medios de fuentes secundarias y se ve  limitada la adquisición de saberes a bases de datos de otras investigaciones, otras críticas, otros pensamientos, lo que conlleva a un resultado de replicar y reproducir ideas anteriores y no nuevas sobre el objeto o los objetos de estudio, punto de partida de la labor docente. Si bien es cierto, existe un amplio trabajo de investigación antropológico sobre el Qhapaq Ñan, trabajo que el docente utiliza para su formación y  su preparación, pero desde ahí solo se convierte en un vínculo, un canal por el cual pasa un mensaje, mas no es un creador de nuevas concepciones, nuevas incógnitas, nuevas imágenes, solo se ha quedado con las concepciones, las incógnitas y las imágenes, que le han indicado, debe tomar.

En sugerencia, el docente de escuelas Qhapaq Ñan debe preocuparse, no por adquirir mas datos, sino por experimentar el objeto de estudio, vivir sus huellas, grabar sus propias imágenes, viajar por los lugares, que en esta zona donde se aplica el proyecto, no tiene dificultad, que no supere la voluntad de llegar hacia Qhapaq Ñan y hacia donde este conduce. Cada camino es diferente para todo caminante, algunos solo quieren llegar al punto de destino, el camino es un medio de transporte; otros: conocer muy bien la ruta para guiar a quienes no la conocen, el camino es su forma de vida. Pero el deseo del  docente Qhapaq Ñan es ser testigo de todo el entramado cultural que se desata en el camino y tener la oportunidad de dar testimonio desde su sensibilidad, Qhapaq Ñan entonces se vuelve su filosofía.

Experimentando Qhapaq Ñan, el docente piensa y vive  desde Qhapaq Ñan, no como una reliquia que no se puede tocar, sino como el patrimonio de una humanidad del que este mismo hace parte y que ha sido y será un tesoro del pasado heredado a la lucha del pueblo del presente, lucha por sobrevivir y dejar su marca en el mundo, es el docente quien dará este mensaje a las nuevas generaciones, el docente, quien antes de atreverse a hablar deberá primero vivirlo, pues solo así será capaz de inspirar a otros a tomar el riesgo de vivir la experiencia del camino Qhapaq Ñan.

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